Seguimos buscando temas prácticos que compartir con vosotros, así que vamos a hablar del Certificado Energético de una vivienda y el importante papel que juega el aislamiento de la misma. ¿Y por qué lo hacemos? Porque no cabe duda de que en la actualidad, la eficiencia energética se ha convertido en un pilar fundamental dentro del sector inmobiliario y de la construcción. El Certificado de Eficiencia Energética de una vivienda no solo es un documento obligatorio en numerosos países de la Unión Europea, incluido España, sino también una herramienta de gran valor para propietarios, compradores y arrendatarios. Este certificado evalúa y clasifica el consumo energético de un inmueble, lo que permite conocer de forma objetiva la calidad de su eficiencia y el impacto medioambiental asociado a su uso. Y, por ende, de aquí se deduce la importancia de que la vivienda esté bien aislada. Un Certificado alto, significa una buena eficiencia energética, lo que supone un aumento de precio en la venta para el vendedor y un futuro ahorro de costes energéticos para el comprador. Todos salen ganando.
¿Qué es el Certificado Energético?
Índice
El Certificado de Eficiencia Energética (CEE) es un informe técnico elaborado por un profesional cualificado que analiza el comportamiento energético de una vivienda. A través de una escala que va desde la letra A (máxima eficiencia) hasta la G (mínima eficiencia), se asigna una calificación que refleja el consumo energético y las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) del inmueble.
Pero lo más importante es que este documento se ha convertido en un requisito legal desde 2013 en España para poder vender o alquilar una vivienda, en cumplimiento con la normativa europea de eficiencia energética en edificios. Su validez es de 10 años, aunque se recomienda revisarlo si se llevan a cabo reformas que afecten al rendimiento energético de la vivienda, como una sustancial mejora del aislamiento térmico de la vivienda en cuestión.
Requisitos para Obtener el Certificado
La emisión del certificado energético tiene que ser realizada por un técnico autorizado (arquitecto, ingeniero o aparejador). Para hacerlo, éste hará una inspección in situ de la vivienda, analizando factores como la superficie y orientación del inmueble, la envolvente térmica, es decir, paredes, cubiertas, suelos y cerramientos que aíslan el interior del exterior, las carpinterías y acristalamientos, evaluando la calidad de ventanas y puertas, las instalaciones de climatización y agua caliente sanitaria, considerando la tecnología y eficiencia de los sistemas empleados u otros aspectos como puede ser la iluminación, en el caso de edificios terciarios. Con estos datos, se elabora un informe que determina la calificación energética (de la A a la G, como hemos comentado con anterioridad) y que además incluye recomendaciones de mejora para optimizar el consumo.
La utilidad del Certificado Energético
Aunque muchos propietarios lo perciban como un mero trámite administrativo, el certificado ofrece ventajas reales:
- Transparencia en el mercado inmobiliario: proporciona a compradores e inquilinos información objetiva sobre los costes energéticos aproximados de la vivienda.
- Incremento del valor de la propiedad: los inmuebles con una calificación alta son más atractivos y pueden revalorizarse frente a aquellos con bajo rendimiento energético.
- Ahorro económico: al señalar mejoras recomendadas, orienta al propietario sobre las inversiones más rentables para reducir la factura energética.
- Compromiso medioambiental: fomenta la reducción de emisiones contaminantes, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
¿Y qué papel juega el aislamiento en el Certificado Energético? Muy sencillo, ya que es fácil entender que entre todos los factores que inciden en la calificación, el aislamiento de la vivienda ocupa un lugar central. La eficiencia energética depende en gran medida de la capacidad del inmueble para conservar la temperatura interior, reduciendo la necesidad de recurrir a sistemas de calefacción o refrigeración.
Un buen aislamiento en muros, cubiertas y suelos disminuye notablemente las pérdidas térmicas en invierno y el sobrecalentamiento en verano. Asimismo, unas ventanas con doble o triple acristalamiento y rotura de puente térmico evitan infiltraciones de aire no deseadas, mejorando el confort interior y la eficiencia global.
La importancia del aislamiento se refleja directamente en el certificado energético: una vivienda con una envolvente deficiente tendrá un consumo muy elevado, mientras que una adecuadamente aislada puede alcanzar calificaciones mucho más altas sin necesidad de instalaciones complejas.
Por eso os recomendamos que consultéis con expertos el aislamiento de vuestra vivienda. Con especial preocupación a la rehabilitación de fachadas y cubiertas con sistemas de aislamiento térmico por el exterior (SATE) o mediante insuflado de materiales aislantes en cámaras de aire, la sustitución de ventanas antiguas por carpinterías con vidrio bajo emisivo y marcos de alta eficiencia, la instalación de protecciones solares, como persianas, toldos o lamas, que reducen la ganancia térmica en climas cálidos o la mejoras en suelos y techos, incorporando capas aislantes que refuercen la envolvente térmica del inmueble.
Con todo ello, lograremos un importante ahorro económico que tanto nos preocupa siempre, ya que se producirá un retorno económico a medio plazo gracias al ahorro en la factura energética y al aumento del confort en el hogar.
Como podéis comprobar, el certificado energético de una vivienda es mucho más que un documento legal: constituye una radiografía del consumo y de la sostenibilidad de un inmueble. Y aquí tiene mucho que decir el aislamiento de la vivienda. Como hemos comentado, dentro de los múltiples factores que determinan la calificación, el aislamiento se erige como el más influyente. Invertir en una buena envolvente térmica no solo mejora la nota del certificado, sino que repercute directamente en el ahorro económico, en la calidad de vida de los ocupantes y en la preservación del medio ambiente. En definitiva, una vivienda bien aislada no solo obtiene un certificado energético más favorable, sino que representa un compromiso responsable con la sostenibilidad y con el futuro de la edificación.